A WAY OF LIFE
A finales de los años 50 algo comenzaba a ocurrir en el panorama mundial, sobre todo entre los más jóvenes. El mundo se recuperaba de las dos grandes guerras del S.XX y empezaba a pensar en otro tipo de cosas.
Fue la época de la liberación sexual y política; los ciudadanos empezaban a protestar. Todo estaba cambiando.
En este caldo de cultivo se crean muchos grupos, gente que siente la necesidad de acercarse y marcar diferencia por lo que quieren y lo que les gusta. Y así aparecen en escena los mods.
El escenario es la Inglaterra más industrial y obrera. Allí un amplio grupo de jóvenes se declararon fanáticos del Modern Jazz y de la indumentaria de los grandes intérpretes de esta música (de ahí la denominación modernistas o mods).
A los pocos años, ya en la década de los sesenta, la estética y los gustos mods arrasaron entre la juventud inglesa pero ahora amplían sus preferencias y se convierten en más sofisticados que antes.
Además del Modern Jazz, se interesan por el Rhythm and Blues, el Soul y el Ska, que son los estilos que acabarán desembocando en la música típica de los sesenta.
Comienza la era de las scooter, la parka y las corbatas y, desde luego las camisas Ben Sherman y los polos Fred Perry y los botines. Los mods de esta etapa quemaban las noches inglesas en las All Nighters, sobre todo en Brighton, cuna mod por excelencia. Para soportar las largas veladas bailando sin descanso y poder trabajar al día siguiente consumían drogas duras como las anfetaminas, que además de darles energía, les producía alucinaciones y visiones.
A mediados de los años 60 la tradición mod estaba cada vez más asentada entre la juventud y todos los estilos musicales de los que se habían nutrido dieron lugar a otros como el beat o el pop más sesentero. En esta vertiente destacan grupos, símbolo de la pasión mod, como Small Faces, The Kinks, The Who o The Action. No hay que olvidar que los mods se agruparon fundamentalmente por la música, que llegó a condicionar y marcar su estilo físico y de vida.
No todo fue un camino de rosas. Los mods vivieron episodios violentos y llegado un momento comenzaron a desintegrarse porque fueron evolucionando y en algunos casos el movimiento derivó en otros como los skinheads o la contraposición: de la mano de la psicodelia muchos se acercaron al hippie.
El movimiento mod tiene otra característica: ha resurgido en varios momentos. En los años setenta se enciende de nuevo la llama extinguida de los mods de la mano de figuras de la música como Paul Weller, líder de The Jam o el estreno de la película "Quadrophenia", un hito de la cultura mod. Así es como el estilo cala en otros países del mundo y también llega a España, sobre todo en las décadas de los setenta y ochenta.
En los últimos años ha habido u resurgir del pop más puro, el Power Pop, y de una estética retro. Quizás por esto los mods han vuelto a salir a escena en las noches de cualquier ciudad europea. Les sigue uniendo, como en los 60, algo difícil de desintegrar: la música.
Fue la época de la liberación sexual y política; los ciudadanos empezaban a protestar. Todo estaba cambiando.
En este caldo de cultivo se crean muchos grupos, gente que siente la necesidad de acercarse y marcar diferencia por lo que quieren y lo que les gusta. Y así aparecen en escena los mods.
El escenario es la Inglaterra más industrial y obrera. Allí un amplio grupo de jóvenes se declararon fanáticos del Modern Jazz y de la indumentaria de los grandes intérpretes de esta música (de ahí la denominación modernistas o mods).
A los pocos años, ya en la década de los sesenta, la estética y los gustos mods arrasaron entre la juventud inglesa pero ahora amplían sus preferencias y se convierten en más sofisticados que antes.
Además del Modern Jazz, se interesan por el Rhythm and Blues, el Soul y el Ska, que son los estilos que acabarán desembocando en la música típica de los sesenta.
Comienza la era de las scooter, la parka y las corbatas y, desde luego las camisas Ben Sherman y los polos Fred Perry y los botines. Los mods de esta etapa quemaban las noches inglesas en las All Nighters, sobre todo en Brighton, cuna mod por excelencia. Para soportar las largas veladas bailando sin descanso y poder trabajar al día siguiente consumían drogas duras como las anfetaminas, que además de darles energía, les producía alucinaciones y visiones.
A mediados de los años 60 la tradición mod estaba cada vez más asentada entre la juventud y todos los estilos musicales de los que se habían nutrido dieron lugar a otros como el beat o el pop más sesentero. En esta vertiente destacan grupos, símbolo de la pasión mod, como Small Faces, The Kinks, The Who o The Action. No hay que olvidar que los mods se agruparon fundamentalmente por la música, que llegó a condicionar y marcar su estilo físico y de vida.
No todo fue un camino de rosas. Los mods vivieron episodios violentos y llegado un momento comenzaron a desintegrarse porque fueron evolucionando y en algunos casos el movimiento derivó en otros como los skinheads o la contraposición: de la mano de la psicodelia muchos se acercaron al hippie.
El movimiento mod tiene otra característica: ha resurgido en varios momentos. En los años setenta se enciende de nuevo la llama extinguida de los mods de la mano de figuras de la música como Paul Weller, líder de The Jam o el estreno de la película "Quadrophenia", un hito de la cultura mod. Así es como el estilo cala en otros países del mundo y también llega a España, sobre todo en las décadas de los setenta y ochenta.
En los últimos años ha habido u resurgir del pop más puro, el Power Pop, y de una estética retro. Quizás por esto los mods han vuelto a salir a escena en las noches de cualquier ciudad europea. Les sigue uniendo, como en los 60, algo difícil de desintegrar: la música.
3 comentarios
Anónimo -
y la modette de onde lña sacamos
Calvín -
ziggy -